24 mayo 2008

Zombie




Decaía en la noche, aplastado en temor, sombrío y cautivo, desgarrado en un suelo profundo. Voces en martirio, almas en vela penetrando su piel, recogieron entre la sepa su cuerpo enfermo, tortuoso de condena, aniquilado en un silencio congelado por el miedo.
De torso desnudo, un manto húmedo en sangre cubría sus pies, acabado, con olor en penumbra que a ratos degustaba de la muerte. Sumergido en lo perdido, poco a poco abrió sus ojos, con una sinfonía despanpanante se alzó de pie...

...remarcado en cuerpo entero, apretó sus puños y comenzó a caminar, gritaba desahuciado, como si el alma se ensuciará en sangre, pobre cuerpo, que en oscuro recorría las tumbas de aquel lugar. Los gritos amenazaban la calma, aún el dolor se enjendraba en su mirada, y tras los versos putrefractos, se encaminaba a la ciudad...Se movía entre el lamento, senil, como el martirio que acompañaba su marcha, abría paso entre la tormenta que a ratos acechaba.

Alcanzó en desprecio un alma inocente, acercó sus manos al cuerpo, apretó firme, ahogando sus miedos en sangre, decaía poco a poco, no hubo llanto, solo un fugaz grito que pronto acabó.


...y así fue, marchando al compás de su deseo cegado en rabia, gritaba desconsolado, solitario, aún recuerdo su voz, desdichada del consuelo, servida de temor y horror...

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