24 mayo 2008

Te quiero

Niño de mis sueños,
que calma el tiempo en mi vivir,
escribo tras tu ausencia,
cuando la melancolia
aplasta en tristeza sobre mi,
tiempo rendido en un silencio,
que de lejos percibe tu venir,
y quizás no sientas lo que entrego,
pero el dolor me desespera
al verte ir,
y cuando contemplo tu risa ingenua,
el amor aniquila soberano,
tras los gestos del pobre cuerpo
que desvanece incauto.

Zombie




Decaía en la noche, aplastado en temor, sombrío y cautivo, desgarrado en un suelo profundo. Voces en martirio, almas en vela penetrando su piel, recogieron entre la sepa su cuerpo enfermo, tortuoso de condena, aniquilado en un silencio congelado por el miedo.
De torso desnudo, un manto húmedo en sangre cubría sus pies, acabado, con olor en penumbra que a ratos degustaba de la muerte. Sumergido en lo perdido, poco a poco abrió sus ojos, con una sinfonía despanpanante se alzó de pie...

...remarcado en cuerpo entero, apretó sus puños y comenzó a caminar, gritaba desahuciado, como si el alma se ensuciará en sangre, pobre cuerpo, que en oscuro recorría las tumbas de aquel lugar. Los gritos amenazaban la calma, aún el dolor se enjendraba en su mirada, y tras los versos putrefractos, se encaminaba a la ciudad...Se movía entre el lamento, senil, como el martirio que acompañaba su marcha, abría paso entre la tormenta que a ratos acechaba.

Alcanzó en desprecio un alma inocente, acercó sus manos al cuerpo, apretó firme, ahogando sus miedos en sangre, decaía poco a poco, no hubo llanto, solo un fugaz grito que pronto acabó.


...y así fue, marchando al compás de su deseo cegado en rabia, gritaba desconsolado, solitario, aún recuerdo su voz, desdichada del consuelo, servida de temor y horror...

11 mayo 2008

Prostituta entre mares

Solitaria navegaba mi sirena,
entre la penumbra de un oceano letal,
sigilosa, como la brisa,
abriga entre sus pechos
un cautivo sentimiento.

Entre las olas, mi sirena,
le llora al miedo,
y con sus besos un tormento,
que aplasta en prisa
un sufrir contemplativo.

No sufras, mi sirena,
con este frío pasajero,
brusco como la sombra,
que arde furtivo dentro de ti.

De lejos, mi sirena,
una luz ya te responde,
vaga entre el cristal,
sumerge tus deseos,
y como flor entre la nieve,
te abres a los vientos.

03 mayo 2008

Locura, amor y muerte.

Solitario, con un frío tras la lluvia, recuerdo su silencio,
como pudo dejarme así...
los susurros que agobiaron mi mente,
vuelven a hospedar.

Soledad en un sufrir que retorna al río,
que del seco contempla a lo lejos sus besos.

Aún respiro ese aliento, que por tantos días calmó mi sed,
un llanto que refresca mi muerte, abraza los recuerdos
que viven junto a mí...

Cada día desmayo al sentir, y un oscuro envuelve mis sueños,
como vago del sentimiento se estremece mi conciencia,
cayendo en un vacio que arde en olvido, pero no quema.

Creo volver, pero esta vez me agarra con fuerza,
aquel aliento que amé durante el recuerdo,
hoy no derrocha suspiros,
y quizás me pierda entre la sangre que gobierna hoy
mi cuerpo, ya que el dolor de sus besos
me hundieron inerte en la locura del amor.

02 mayo 2008

De lejos, un te amo.

Cubierta en el silencio, con su cuerpo de marfil,
llora cada noche, le llora a su doncella,
tras un río constelado que le ciega el alma
la vé, inerte y hermosa,
iluminando la melancolía de la espera,
abrazando en la distancia un sufrir que le responde,
solloza al sucumbir el alba,
y opacada
al ver su alma quieta y fría como se marcha,
se encierra en un lamento que la estremece
cada noche.