18 noviembre 2010

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El corazón sangra en pedazos, como archipiélago en el vacío,
medio insando, medio perdido,
¿soy un hombre libre ahora?, cuando el reflejo del padre ataca,
no sabes cuanto le haces falta, suspiraba el muchacho.
Y en lágrimas persuadía, como una isla perdida, cauto e ingenuo,
blanco del deseo ajeno, dispuesto a batallar,
¿y será un milagro llorar?,
entre incoherencias el sentimiento marchita,
es hora de soñar o correr en pesadillas.

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