08 noviembre 2008

...y entre el cielo guiado de estrellas, alzaba sus tacones al salto, minifalda de leopardo y el escote que brillaba entre faroles. Oh y el llanto, suave boca de suspiros, que al rojo vivo se perdían en el cuerpo. Al brazo las lágrimas, y entre las piernas su canto tocando cielo, tan pequeña e inocente mi doncella.
Abriendo entre susurros dos montañas, tan suaves y delicadas, se oía su corazón llorar, cubriendo entre las lágrimas un río que mojaba el desnudo, que plasmado se encontraba ante la brisa incauta del verano 99`.
No grite, pequeña.

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