26 abril 2008

Orgullo

Cuerpo de mujer, adonde vas, que mis ojos ya no ven tu dulce miel, este frío aquel, que me vé pasar, solitario y confundido por aquel camino que en llanto se estremece al oir mi voz, cierro mis ojos pensando en su venir, cegandome en un mar que ahoga mi calma, sueños que enamoran mi dulce fantasía, abrazan sus labios en tan crudo amanecer, oh! mis lágrimas inertes se humedecen en la fragancia de su cuerpo, acabando el miedo del sentir su piel tan dentro de mí, disfruto sin silencio, gritando lo que siento entre un mar que poco a poco entiende.

13 abril 2008

Miedos

Oye sus pasos, siente su risa, que poco a poco seca el alma, cubre su marcha en la penumbra de la luna, que danza y danza al oir tus lamentos, vaga en sereno acortejando el miedo.

Cae la noche, en una ciudad que descanza serena, donde pocas almas recuerdan el vivir a esas horas del difunto amanecer, en la brisa se presiente su asecho, es un cruel suspenzo que agobia el dolor, y entre tanto sollozo, uno se pierde.

07 abril 2008

Cuerpos en calor



Comienza en el ropaje mañanero la cruel presencia del amor involuntario, con su caminar latente que disipa en gestos cada una de sus emociones, causaba la euforia de aquel enamoradizo empredernido, que de un balcón a otro gozaba de la presencia de tan minuciosa ambiguedad. Aún contraído el frío, con la brisa de miedo latente que corría y corría por el promiscuo deseo, se oía la sinfonía con un dolor que de fiel singularidad se expandía por cada célula del cuerpo virginozo.


Iniciado el atardecer, como también lo hacía el chispiante humo que penetraba poco a poco la débil corteja del pobre y maloliente convento escolar, se iniciaban así los fuegos entre la gente que de un lugar a otro y de manera implacable expandían su llanto angustioso y su severa ceguedad ante lo que ocurría en un cuarto de aquellos.

Dos cuerpos de inundado cortejo se abrían paso a la más abismante lujuria de amor, danzantes almas formicando el impaciente olor a sed que en miel se convertía cuando aquel desgustaba de tan impetuosa delantera, radiante el olor que de allí provenía, y que poco a poco se fue acabando, por respuesta del fuego, que luego de presenciar tan majestuosa escena consumío a los amantes en su camino eterno.

03 abril 2008

y lo repito una y otra vez.-



Solitario y frío, así caía el atardecer,
en su desierta caminata con el miedo en sus oídos, sonrisa de niño borrada en la penumbra que a ratos confundía su alma en calma. Frágil sentimiento, sin su luna de compañía, con el consuelo a la deriva, prosedía. Siento miedo le gritaba al viento, pero aún silencioso el momento nadie se acercó, quiero sentirlo, pensaba él, y embarcando sus lágrimas, lloraba. Miro en vela su figura, que aún enamora mi razón, y entre la respuesta que no siento sigue mi lamento, como un vago del recuerdo.